Salto a Linux, vuelo a Bergen
No deja de nevar. Son ya cinco días de tempestad, en su más majestuosa acepción. Bergen se ha cubierto de una capa de blanco puro. Los fiordos están congelados y la mirada se pierde en la inmensidad del mar helado, en el brillo mate de aquel lugar en el que hace pocos meses pescábamos truchas y caballas; y nos bañábamos. Debo subir alguna foto a Flickr, pero estoy tremendamente ocupado ahora. La juerga se moja de cursos en la universidad y de responsabilidades para con los proyectos en los que me he involucrado este semestre.
Me cambio de casa, vuelo al centro de Bergen. Y conmigo se muda también mi ordenador portátil, que poco a poco se va acostumbrando a Linux. Pero este no es el post en el que hablaré de Linux. No, este no.
Al final es mejor cambiar todo de golpe que poco a poco. Quién lo hubiera pensado hace dos o tres meses...