Bergen, 19 mayo 2007

Vieja Europa

Este post no lleva foto, porque no la necesita -y porque no la hay-. Un fin de semana paseando por mi vieja Europa (más Europa que nunca) en la compañía de los dos frikis más perjudicados del mundo ha conseguido devolverme por unas horas a mi casa. A la casa esa que dejé en Madrid en agosto del año pasado y que visité en Navidades.

Sí, soy el erasmus más aislado, el loco del norte, el que vive bajo la lluvia y la nieve. Ese escéptico voluble y poco perseverante que se ha desconectado de Europa durante ya casi 10 meses de su vida. Este post es un tributo que tengo que hacerle a esos dos grandes hombres que son Jero y Djordje.

A mí me ha gustado Bruselas, a pesar de ser una ciudad desierta. Me ha gustado Gante, con sus portentosos edificios que huelen a viejo ejército europeo. Y me ha gustado porque me he sentido como en casa, a pesar de haber dormido poco y andado mucho.

Gracias, grandes, por el fin de semana pasado, que se me hace presente y no puedo sino echaros de menos.



P.D. Djordje, ¿tienes un impermeable para mí?