Bergen, 29 septiembre 2006

Finally, friday night fever

Andy SmithHoy es viernes 29 de septiembre. Sí, viernes. Pero esta vez va a ser diferente. Por fin algo grande se cuece una noche de fin de semana en la tranquila ciudad de Bergen. Y gratis.
Andy Smith, Dj de Portishead, pinchará esta noche para nuestros afortunados oídos (oídos, por otra parte, completamente desentrenados y acostumbrados a pachangueo basura y sonido de ordenador portátil).
Este acontecimiento para mí es algo más que la oportunidad de ver algo grande aquí: es una oportunidad única de compatibilizar buena música con entrada gratuita. ¿Imposible? Por supuesto, pero los milagros existen, y no voy a ser yo el que se arrepienta de no haber bailado con Andy Smith en directo.

Joder, ¡Qué ganas tenía de buena música!

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Bergen, 25 septiembre 2006

Stephen Colbert

Antes de que se me olvide, merece la pena ver esto. Me he enterado gracias a Chewie.

Si te ha gustado y entiendes inglés, echa un vistazo a esto otro. No tiene desperdicio.

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Bergen, 23 septiembre 2006

Economía erasmus I: LA COMPRA



Llevo un mes y medio en estas tierras nórdicas. Me he decidido a perfilar una serie de consejos básicos para sobrevivir de una manera saludable sin necesidad de pasarlo mal. Supongo que cualquier erasmus podrá identificarse con alguno de mis problemas económicos y que, seguramente, alguna estrategia de supervivencia que he tenido que aprender le es familiar.
Cualquiera que no haya estado nunca de erasmus puede imaginarse lo que es. Una aventura de supervivencia en un país que no es el tuyo donde, si has elegido bien tu destino -como yo- probablemente tengas que pagar 2 euros por un tercio de cerveza en un supermercado barato. (A título informativo: cuando llegó el LIDL a Noruega, todos los supermercados tuvieron que bajar drásticamente el precio de la cerveza, pues la gente sólo la compraba en el LIDL). Ay señor.
La primera semana aquí, la obsesión del ahorro era completamente absurda; ahora, todo comienza a cobrar un significado mucho menos exagerado: creo que estoy preparado para dar unos pequeños consejos de economía erasmus. Hoy, consejos básicos sobre la compra.

Conócete a ti mismo. Suena estúpido, pero no lo es. Es fundamental que sepas exactamente cuál es tu perfil de bienes, es decir, cómo te gusta utilizar tu dinero. Hay diferentes tipos de erasmus en este sentido:
1.- Erasmus Poli Diaz: gasta lo que tiene con impúdica destreza para luego rozar la muerte por inanición poco antes de volver a cobrar. El despilfarro tiene lugar siempre justo después de cobrar.
2.- Erasmus meticuloso: generalmente -aunque no siempre- ahorra algo de dinero cada mes para "imprevistos". Raciona con precisión su dinero y siempre tiene lo que necesita. No conoce la palabra derroche ni la palabra despilfarro. Sus fiestas son programadas. En muchos casos, el erasmus meticuloso divide su dinero cuando cobra por semanas, de manera que cada semana tiene X para gastar. Existe un subtipo, el erasmus fantasma, que además de administrar de este modo su dinero, nunca sale, no hace vida social y se pasa encerrado en su habitación todo el día, pase lo que pase.
3.- Erasmus tarzán: el más común. También se conoce como erasmus estándar, erasmus hippie o erasmus de toda la vida. Simplemente gasta su dinero haciendo una aproximación -muchas veces poco acertada-. Suele tener problemas la última semana de cada mes, igual que el erasmus Poli Díaz, pero no toca tanto los extremos: ni se acerca al hambre ni a los cinco días seguidos de discoteca en discoteca.
4.- Erasmus Marbella: siempre tiene dinero. Nunca le sobra, pero no tiene problemas para salir de manera decente, comer abundante y de calidad, viajar, comprarse un abrigo caro... No se sabe de dónde saca tanto dinero, pues no trabaja.

Compara. Siempre. No te lances a lo primero que veas, date una vuelta por la tienda, observa, compara y anota. Llevar una lista con los precios en los distintos supermercados es de mucha ayuda: hay muchos productos que son más baratos en un supermercado que en otro.

Acecha. Si tienes una necesidad que no es de primer orden, quizás salga en oferta la semana que viene. Para ello, hazte con los panfletos de publicidad de los supermercados grandes. Yo lo hago con el LIDL y merece la pena.

No te vuelvas loco. Hay cosas con las que no merece la pena volverse loco ahorrando. El papel higiénico no es un bien con el que se pueda ahorrar mucho, así que límpiate siempre bien, sin tacañear, y usa una buena marca, suave y agradable. De lo contrario, habrás ahorrado 50 céntimos de euro al mes a cambio de convertir tu visita al WC en una aventura muy desagradable.

Come siempre en casa. Esta es, probablemente, la regla fundamental. No voy a dar explicaciones porque es obvio: en casa se come barato y bien.

Consigue comida gratis. En lugares como Bergen, es muy sencillo. Pero este recurso lo comentaré con detalle algún otro día.

No te dejes dominar. Muchas veces nuestro cerebro nos juega malas pasadas. Contrólate, piensa: cuenta hasta diez antes de comprar algo que cueste más de 5 euros. Puedes estarte equivocando, y arrepentirse no mola. Siempre hay tiempo para volver a la tienda y comprarlo. El ejemplo típico:
Por fin sales de fiesta. Bailando en la discoteca, te encuentras con un grupo de erasmus marbella. Cada uno de ellos, por supuesto, con un reluciente vaso de espumosa y dorada cerveza. En ese momento tu corazón habla: "por una vez que sales, venga, cómprate una cervecita... sólo una, que tienes una sed tremenda..." ¡Cuidado! Cuenta hasta diez y piensa que esos 4 euros que vas a gastarte pueden ser muchas barras de pan. O mejor, muchas cervezas en el supermercado.

En fin, se trata de construir una estrategia que se adapte con cómo es uno mismo, respetando una serie de conductas básicas que no dejan de ser autocontrol.

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Bergen, 20 septiembre 2006

Hay un piano en la esquina del club


Se alejó del futbolín lentamente, de manera que nadie se percatase de su huída. En una esquina del club, a salvo de las impertinentes voces que todas las noches se acercaban en busca de alguna cara nueva al local, descansaba un antiguo piano. Era un instrumento modesto, de aspecto casi miserable y completamente olvidado.

Mientras abría la tapa que custodiaba las monótonas teclas mágicas fue cerrando una burbuja a su alrededor. El griterío sintomático del club se hacía poco a poco más lejano y embotellado. Al apoyar sus cortos deditos sobre las teclas del piano y acariciarlas ligeramente, sintió el miedo de aquél que no conoce, pero pronto pasó para dejar paso a una sensación extraña a la par que agradable.
Al hundir una de esas teclas blancas se sintió completamente inundada por algún recuerdo de su niñez. El sonido que de aquella caja olvidada manaba revolvió todos sus adentros; volvió a ser aquella niña que descubría el mundo por primera vez. Dicen que uno se hace viejo cuando el mundo deja de sorprenderte: eso es exactamente lo que pensaba ella mientras hundía teclas al azar, sin prisa, comprendiendo que ese piano estaba ahí para ella.
Cuando levantó la mirada, se descubrió rodeada de cientos de miradas atentas pero serenas. El auditorio estaba completamente lleno. Suspiró profundamente y rió para sus adentros mientras se acomodaba definitivamente ante su precioso piano de cola. El concierto fue, una vez más, digno de una de las más grandes pianistas del mundo.

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Bergen, 18 septiembre 2006

Una mañana cualquiera

Por lo visto, este verano ha sido el más cálido desde 1985 en Bergen. Se achaca al cambio climático. Yo a lo mío...

Quizás arrastrado por un sentimiento de culpabilidad totalmente absurdo, anoche decidí madrugar para asistir a un coloquio sobre el establecimiento del eje DV en Drosophila. Digo "decidí" porque era voluntario y, ya se sabe, estas cosas traen problemas.
El caso es que esta mañana me ha despertado el despertador, que se llama así porque lo que se supone que tiene que hacer es despertarte. Como de costumbre, con un desdén matutino completamente comprensible he apretado el resorte para apagarlo y... Sí, me he quedado dormido. No sé por qué motivo he abierto en algún momento los ojos: MIERDA, tarde. Tenía media hora para vestirme, ducharme, desayunar y correr en mi bici hasta el HIB building. Evidentemente, no me daba tiempo a llevar a cabo todas esas cosas, así que he hecho un filtro rápido: vestirme y desayunar es completamente necesario por razones que no alcanzo a comprender; la bici también es útil -por eso de ahorrar tiempo- así que ni me he duchado ni me he peinado. Las pintas que llevaba eran deleznables.
He desayunado leche hervida con cereales y pasas, una masa que si consigues tragarla sin ahogarte, te permite sobrevivir hasta la hora de comer. Eso sí, necesitas medio litro de café para digerir ese desayuno despierto.A pesar de que el ladrillo en el estómago pretendía retrasar mi llegada, he conseguido establecer un nuevo récord personal: 13 minutos FANTOFT-HIB.
He llegado a tiempo, sudando a mares y completamente despeinado. El coloquio ha sido interesante, pero dos horas de participación activa en una charla no son compatibles con las dos horas de clase posteriores: medio litro de café no era suficiente. La última hora de clase ha sido una lucha a muerte contra el sueño, los párpados pesaban kilos y mi brazo izquierdo apenas podía sostener el peso de mi cabeza. "Por lo menos no ronques, Gon" me decía a mi mismo...
Al final todo ha salido bien y me dispongo a echarme la siesta.

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Bergen, 16 septiembre 2006

Fantoft

La rutina de Fantoft me está matando. Me quiero ir de aquí cuanto antes.

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Bergen, 14 septiembre 2006

Un libro

Cuando necesitas una determinada información, puedes recurrir a un libro. Generalmente -si el libro es el adecuado y la información que necesitas no es demasiado concreta- puedes acceder a través de él a los conocimientos que precisas. Además, lo normal es que puedas prever que vas a utilizar un determinado libro varias veces: se puede decir entonces que poseerlo te va a ser de gran utilidad. Sin embargo, para mí hay algo más.

El abrir un libro nuevo y sentir que por esas páginas vírgenes no ha paseado nadie, eso MOLA. Estoy acostumbrado a las bibliotecas, como la mayor parte de los estudiantes. En mi caso, siempre lo he tenido todo en la Biblioteca de Ciencias de la UAM. La diferencia entre hojear un libro tuyo y abrir un libro de la biblioteca radica quizás tan sólo en el hecho de que tu libro te pertenece. Así de vulgar.
Poder contar con esa gran cantidad de conocimiento acumulado y ordenado para tí, con ese entorno tan agradable... mmmm.... Se acabaron los libros áridos en blanco y negro que hacían fshhhh, fshhhh cada vez que pasabas una página. Eso es agua pasada. Ahora las páginas suenan bonito, algo así como cloc, cloc, o a veces tic, tic. Y brillan, vaya que si brillan. Además, los libros nuevos huelen que da gusto.

Así que este hoy me he armado de valor y lo he hecho. ME HE COMPRADO UN LIBRO. Además uno de los caros. Se trata, ni más ni menos, de Principles of Development, de L. Wolpert. Ah, y para celebrarlo, me he echado la siesta.

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Ya soy legal

Por fin soy legal aquí, o al menos de manera oficial. En el papel se especifican una serie de libertades que de momento no entiendo, porque están en noruego.

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Bergen, 13 septiembre 2006

Actionman melenudo heavy


powered by ODEO

Lo siento, pero es que me ha hecho mucha gracia... Hoy está siendo un día bastante bueno. A pesar de que el sol brilla por su ausencia, he conseguido arreglar mi bici.

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¡Mi primera carta!

Hoy he recibido la primera carta desde España. En general estaba siendo un gran día el de hoy, pero tras recibir el paquete de mi madre, se ha convertido en algo más que perfecto.
Es genial ver las caras de los estudiantes sonrientes que salen de correos abrazando su paquete, uno tras otro, como si hubieran estado esperando durante meses. Y la verdad es que hace mucha ilusión recibir un paquete, sobre todo si no tienes muy claro qué es lo que en su interior te aguarda...
¡Zapatillas de deporte! ¡Por fin! Ya podré salir a correr y jugar al fútbol. Además, por supuesto, material escolar y libros, oh si libros... Empezaba a pensar que iba a tener que comprarmelos yo. Pero por un tiempo voy a tener algo que leer. En el paquete también había alguna otra sorpresa extraña.

¡Gracias públicamente, mamá!

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Bergen, 12 septiembre 2006

La historia menos larga del mundo


Horacio estaba cruzando el bosque ese martes solitario y lento. Las hojas doradas crujían bajo sus pies: la música que se mezclaba con el chasquido de las ramitas, el otoño, la humedad... Todo parecía entrelazarse en una canción agradable, un murmullo de calidez que le envolvía completamente. Mientras paseaba en ese sueño, sólo podía pensar en banalidades. ¿Por qué las películas antiguamente comenzaban con los títulos de crédito? Hoy en día en el cine empiezan directamente, casi sin dar ninguna explicación. Es porque las personas hoy no quieren esperar.
Horacio era un señor muy peculiar. Le gustaba creer que era un hombre de costumbres, cuando en realidad no lo era. Le gustaba crear tonterías cotidianas, convertir excentricismos en patrones repetitivos y obsesivos para dar la impresión de que llevaba una vida atípica. Horacio vivía solo por aquel entonces.
Cada mañana trepaba por las sábanas para atar los rayos del sol a las patas de la cama, esas cosas que en realidad no sirven para nada porque, como todo el mundo sabe, el sol se va siempre que quiere, por su cuenta. Horacio tomaba un café al levantarse. “Sólo un café solo” decía siempre en voz alta. Pero nadie le escuchaba, porque Horacio estaba más sólo aún que el café que bebía cada mañana.
Yo creo, sinceramente, que su soledad se debía precisamente a beber café solo, sin leche ni azúcar. Supongo que por eso una mañana se levantó y descubrió que ni siquiera podía contar con su propia compañía. Así fue como Horacio murió, tras soñar que componía música con las hojas secas del bosque.

Y los títulos de crédito estaban al final de su sueño y no al principio, como en las películas antiguas en blanco y negro.

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Bergen, 11 septiembre 2006

Fotos de Finse


He recibido un email de Dalia, una compañera de la excursión a Finse con las fotos que ha colgado en Photobucket. Por si a alguien le interesa hacer un recorrido por allí sin necesidad de moverse de casa, aquí os dejo el link. Yo salgo en esta, buscando larvas de trichoptera en un pequeño lago (a mi lado está Oliver, de Suiza), en esta tocando la guitarra con Sara (Madrid) y Martina (República Checa), en esta haciendo el idiota y en esta otra tiradísimo.

También hay una foto del grupo, de clase y, cómo no, de la fiesta.

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Doctor, no soy nadie

I am nerdier than 62% of all people. Are you nerdier? Click here to find out!A veces, uno se lleva un jarro de agua fría. Forma parte de la educación de cualquier persona. Hoy, dando una vuelta por la blogosfera científica, he encontrado un TEST que mide cuánto eres de NERD.
La verdad es que se me califica en el test de frikis como Low-Rank Nerd. ¿Qué demonios significa eso? ¿No estoy preparado para afrontar mi vida futura? ¿Debo dejar de usar lentillas? Comparado con los científicos blogeros no tengo nada que hacer...

Sólo me anima RPM, el crack que se ocupa de evolgen, blog que recomiendo encarecidamente a todo el mundo. RPM ha tenido mi misma calificación.

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Bergen, 09 septiembre 2006

Finse: JUEVES

Calcetines Himalaya

Ayer fue nuestra última noche aquí en Finse en este curso de Ecología Alpina. Probablemente, al margen de una agradable salida de campo, el día no revistió demasiado interés. Las clases las impartió un personaje aburrido y completamente carente de carisma. La temática no tuvo para la mayor parte de nosotros ningún interés. No me gustan los pájaros. Habría que esperar hasta la noche para que el jueves cobrara consistencia propia y se proclamara como un Gran Día.

Aparentemente, mi garganta comenzaba a recuperarse. Para celebrarlo, decidimos someternos a una rejuvenecedora sauna; Torstein, por supuesto, se apuntó. Rondarían ya las once de la noche. Tras los 15 minutos de sudor, salimos al campo acompañados únicamente por la toalla y nos metimos en el lago (cuya temperatura ronda generalmente los 10ºC). Aunque no lo parezca, 10 grados son muy pocos para un baño. Y de nuevo, de vuelta a la sauna.
Tras la relajante y amena experiencia, nos reunimos en el salón y abrimos unas cuantas cervezas. La verdad es que entrar en detalles no tiene ningún sentido. Sencillamente, fue una noche increíble. He dormido tres horas, pues he tenido que levantarme a las 8:00 para asistir a las clases. No me he quedado dormido (todavía) en clase aunque de todas formas no me daría mucha vergüenza porque nuestro profesor Torstein ya lo ha hecho en la última fila del aula mientras daba la clase un profesor del a universidad de Oslo. Huelga decir que Torstein estuvo con nosotros hasta las cinco de la mañana, con sus 60 tacos. Ya comenté que era un héroe.

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Bergen, 07 septiembre 2006

Finse: MIÉRCOLES


Lo más sobresaliente de ayer fue, sin duda, la caminata de cinco horas al glaciar. El glaciar tiene nombre propio, Hardangerjøkulen; se asoma entre dos montañas y sigilosamente se retira, a la espera de que el invierno llegue.

Armado con mis botas y abrigado como si mi viaje fuese a Siberia, emprendí el camino hacia el glaciar con mis compañeros y con el que ya se había empezado a convertir en un superhéroe para nosotros: el profesor.
Lo que al principio parecía simplemente un camino más o menos largo, se fue convirtiendo en una auténtica odisea. La tundra es, básicamente, terrenos encharcados y tapetes de líquenes y musgos. Cuando te acercas al pie de las montañas, surgen enormes piedras amontonadas una encima de la otra, de manera que el caminar a su través se hace extremadamente arduo. Cerca del glaciar el agua que se descongela forma lagos y riachuelos. El peligro de caminar por los barrizales es que en algunas zonas puedes llegar a hundirte hasta la cintura. Excluyendo alguna que otra anécdota (el profesor ayudante que viene con nosotros tuvo que rodar para salir del barro), en general los problemas no llegarían hasta el momento de cruzar el río que sale de Hardangerjøkulen. Algunos conseguimos cruzar sus tres brazos saltando, pero fuimos los menos. La gente en general no se atrevía a saltar o no llegaba al otro lado. Prácticamente la totalidad de mis compañeros estaba empapada hasta las rodillas, con las botas completamente rellenas de agua. Todo esto, claro, a pocos grados centígrados sobre cero. La gran imagen de esta apoteósica excursión la protagonizó Torstein, una máquina de 90 kilogramos de peso y casi 60 años a sus espaldas.
Tomó su gran mochila blanca con ambas manos y la lanzó al otro lado del río, donde un alumno la cogió en el aire. La lluvia moteaba el río de cenefas circulares y el viento nos obligaba a entrecerrar los ojos y apretar el cuello al pecho. Torstein cogió carrerilla suficiente y comenzó a correr en dirección al río. Pude notar cómo con cada pisada contra el barro toda la montaña temblaba. Tengo la imagen grabada en mi mente a cámara lenta: descubrió su pelo cobrizo quitándose el gorro de lana sin dejar de correr. Un paso en falso en su carrera le hizo perder ligeramente el equilibrio, de modo que su salto no sólo no alcanzaría el otro lado, sino que a penas pasaría de la mitad del curso de agua. Cayó con los dos pies al mismo tiempo, levantando una cortina de agua a su alrededor. Estalló en una carcajada y dio media vuelta: ahora ya estaba completamente empapado. Agarró a una compañera que no se decidía a cruzar y la tomó en brazos, cruzando el río a pie. Si hubiese podido tomar una fotografía de tan apoteósica escena sería feliz el resto de mi vida, puesto que ése es el único modo de que el mundo pueda entender a qué me refiero. Una vez concluida su heroica hazaña, tomó asiento al otro lado del río, se quitó las botas y escurrió los calcetines bajo la lluvia y nuestra mirada de admiración.


En la foto, la clase en la que he escrito este post. Se observa mi portátil, una compañera exponiendo un trabajo y el vaso de vino a el que invita Torstein cuando hay exposiciones por nuestra parte

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Bergen, 06 septiembre 2006

Finse: MARTES



Es muy peculiar el modo de estudio que aquí se lleva a cabo. Las clases a las que asistimos en esta especie de Gran Hermano que es el Centro de Investigación de Ecología Alpina de Finse son todas magistrales: un especialista habla sobre algún tema relacionado con la ecología alpina. Muchas de esas clases son extremadamente especializadas. Por ese motivo algunas clases pueden resultarte poco atractivas y otras, por el contrario, extremadamente interesantes.

Ayer martes fue día de encierro; no sufrimos las lluvias ni el frío, pues fue un día de relajación. Dimos cuatro clases, dos de las cuales me parecieron extremadamente interesantes: el estudio genético de algunas plantas vasculares en diferentes partes del planeta permiten describir cómo fue la descongelación en el norte del planeta cuando acabó la última era glaciar. Los estudios comparativos de las mismas especies en distintas zonas permite identificar híbridos alopoliploides y demás aberraciones genéticas, de modo que es posible establecer filogenias y, dependiendo de las zonas en las que se ecuentren dichas plantas, a trevés, supongo, de un trabajo infernal, es posible extrapolar el movimiento de descongelación de los glaciares.
Además, tuve que exponer oralmente un trabajo que llevamos a cabo tres compañeros y yo sobre el efecto de la luz UV-B en el movimiento vertical del zooplancton. Sí, en inglés. No salió nada mal. Y después, un poquito de sauna mixta.
Si no fuera por mis males de garganta, sería feliz aquí mucho tiempo, un lugar donde das clase y bebes té sin parar.

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Bergen, 05 septiembre 2006

Finse: LUNES

Tras una noche marcada por el dolor de garganta, los nervios y un edredón cuyos pliegues barrocos no se decidían a envolverme, el despertador nos puso en pie a eso de las 7:30 de la mañana.

Desayuno abundante para la primera excursión de la semana. A pesar de mi malestar, me armé de valor y salí al campo acompañado por todas las prendas que pude ponerme. El paseo de 3 horas fue una auténtica maravilla. Todo lo que el día anterior me parecía un páramo yermo frío e inhospito, ahora se me desvelaba como algo completamente nuevo. El caminar sobre un tapete de musgos y líquenes, sin apenas hierba ni mucho menos arbustos, comiendo blueberries -que aquí crecen por doquier- todo a espaldas de un glaciar, se hace completamente onírico. Al menos para mí. Otras pequeñas cosas, quizás menos románticas, como los excrementos de lemming, no dejan de ser algo maravilloso si las encuentras por primera vez. En la foto se puede ver el glaciar al fondo.
Tras la ducha que siguió a nuestro regreso, un profesor -probablemente una de las personas más frikis del planeta- nos dió unas clases sobre zooplankton de agua dulce y su relación con los rayos UV-B. La noche no dió para tanto como la anterior, pero bueno, sólo pensar en la sauna que encenderemos mañana me tranquiliza y justifica el haberme metido en la cama tan pronto.

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Finse: DOMINGO

Domingo, llegando a Finse

El paisaje aquí en Finse es desolador. La luz lánguida y silenciosa se transforma en una imagen de postal donde el lamento del viento al acariciar la hierba arranca lágrimas al atardecer. Los árboles no crecen aquí, ni si quiera un tímido arbusto se decide a hacerle compañía a la sombra. La luz es siempre ténue, aún no he conseguido ver el azul del cielo desde que estoy aquí.

Al margen de las vistas apocalípticas que ofrece el paisaje de tundra que aquí nos rodea, la noche del domingo fue increíble. Para cenar, cada uno de los estudiantes trajimos un plato típico denuestro país, de modo que fue un festín de sabores y alegría. Tras la copiosa cena, nos sentamos en el salón del sitio donde estamos alojados a cantar canciones famosas -y no tan famosas- junto al que se ha convertido en todo un ídolo para mí, el profesor de Alpine Ecology. Es completamente indescriptible el buen rollo qu se respiraba esa noche.

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Bergen, 02 septiembre 2006

Un puente en medio del mar

Ese puente une dos islas, no tiene ningún otro cometido. El puente le costó al gobierno noruego 24.000 millones de coronas. Sólo usan este puente unas 80 personas, no tiene demasiado sentido. Si se les pregunta, a los políticos noruegos les encanta decir que vivimos en uno de los paises más ricos del mundo; pero cuando algún país ha pedido ayuda económica, entonces no hay dinero suficiente en este país. Mira el puente, así es como gasta el dinero el gobierno.
Cuando le conté la historia del puente a un amigo americano, no se sorprendió mucho. Dijo que en Estados Unidos llevaban a cabo una política muy parecida.


He conseguido reparar -por fin- el problema que tenían las entradas sin resumen, que despistaba mucho el "sigue leyendo" infructuoso. FIXED.

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